- Sal de mesa
- Bicarbonato de sodio
- Agua
- Hilo de algodón o una hebra de lana
- 1 cucharilla
- Clips de papel grandes
- 4 vasos o frascos de cristal, como los recipientes de yogur, del mismo tamaño
- Colorante alimenticio (opcional)
- 1 bandeja
- 1 trapo o toalla
- Cortamos varios trozos de hilo o lana del algodón de la misma longitud. Dependiendo del grosor de los mismos podemos poner dos o tres.
- Atamos en cada uno de los extremos los clips para que tengan peso.
- Llena los frascos, en número par, con agua caliente. El agua no hace falta que esté cociendo.
- En dos de ellos echamos sal y en otros dos el bicarbonato. Mezclamos con la cucharilla hasta que estén disueltos.
- Ponemos sal o bicarbonato hasta que el agua no disuelva más.
- Colocamos el hilo entre los dos tarros con sal. Metemos los extremos dentro de cada uno de los botes.
- Hacemos lo mismo con los dos tarros donde hemos puesto el bicarbonato.
- Hay que colocar una bandeja debajo de los botes para evitar las manchas.
- Una vez en este punto, tenemos que dejar el experimento en un lugar sin tocar durante algunas semanas. Podremos ver cómo las estalactitas crecen día a día.
El agua solo puede disolver una cantidad limitada de sal o bicarbonato. Cuando un líquido está sobresaturado las moléculas se cristalizan y se convierten de nuevo en sólido. Esto es lo que ocurre a lo largo de nuestro hilo de algodón o lana. A medida que la lana absorbe el líquido por los extremos que hemos introducido en los botes se crean las estalactitas. Se produce porque el agua termina por evaporarse. Lo que queda son los restos de los minerales colgando de los hilos, tal y como sucede en la naturaleza.
Podremos apreciar como las estalactitas crecen más rápido en la solución con bicarbonato. En los botes con sal, aunque el proceso es más lento, podremos observar cómo se crean en forma cónica, pudiendo llegar a unirse con el fondo de la bandeja.
Con este experimento casero los niños aprenden sobre la cristalización, la saturación y la evaporación de los líquidos.