En este experimento vamos a utilizar zumo de limón para hacer tinta invisible. Al exprimir el limón obtenemos su zumo, que contiene ácido cítrico. Utilizaremos este líquido como tinta para pintar en un folio blanco de papel, que contiene celulosa. El ácido cítrico del zumo de limón debilita la celulosa que contiene papel, pero lo que escribamos o dibujamos no será visible en el momento.
Para que podamos ver lo que se ha escrito o dibujado debemos acercar el papel a una fuente de calor. Vale una vela, lámpara o un mechero (cuidado con arrimarlo demasiado, que quemamos la escuela). El calor va a oxidar rápidamente el zumo de limón, haciendo que tome un color parduzco marrón.
¿Qué es la oxidación? En química la oxidación se define como la pérdida de electrones por parte de un átomo o molécula. Para entenderla bien tenemos que echar un vistazo al átomo de oxígeno:
En su núcleo hay protones y electrones; pero para la oxidación nos interesan los electrones. Un átomo de oxígeno estándar tiene 8 electrones (2 en la primera capa y 6 en las segunda). Sin embargo el átomo de oxígeno no está a gusto así. Tiene tendencia a querer captar 2 electrones más para su segunda capa, para alcanzar 10 electrones y quedarse así tranquilo. ¿Y de dónde capta esos electrones el oxígeno? Pues de donde puede, siempre que puede y a toda costa. Esa es la explicación de que el oxígeno esté presente en tantísimos compuestos químicos: se mezcla y reacciona con casi todo. Ejemplos de estos compuestos son los óxidos, los sulfatos, los nitratos... En todos ellos el oxígeno ha intervenido, captando ese par de electrones que tanto desea.
En este experimento veremos como, al aplicar calor, el oxígeno capta electrones del la molécula de ácido cítrico, produciendo un proceso de oxidación.